Y qué crees, que nadie ha escupido en mi ojo,
que no sé lo que se sienten,
50 pesos ardiendo en la bolsa, que no sé
lo que se siente, el alcohol corriente,
deshaciendo tu garganta.
Y qué crees, que nadie me ha lastimado,
que no me han marcado,
con el fierro ardiente del rechazo,
que no tengo en el corazón,
el recuerdo del desprecio y ese día de verano,
cuando me dijeron “no te quiero”.
Y qué crees, que nunca se me han volteado los ojos,
quemado los pies,
que nunca he dudado,
sobre quién soy y a dónde voy y qué crees,
que sólo me han dado ganas de morir por capricho,
que tienes en tus prejuicios más conciencia de
a dónde voy, qué crees que nadie me ha
sentado en el suelo caliente sólo para maldecir,
el día en que nací.
Dime qué crees, si crees que,
sufro por placer, si crees que,
nadie me ha dolido, si crees que,
no he querido, si crees que,
mi personalidad es una extravagancia del privilegio,
como si nuestras manos no tuvieran las mismas cicatrices.
Crees que no conozco el abuso y la injusticia.
Y qué crees que merezco indiferencia,
que estoy vacía,
que no entiendo la vida,
y qué crees que hacerme sufrir un poco no me vendría mal,
después de todo somos muy diferentes,
lo dices como si,
nuestros órganos no los cubriera la misma piel,
como si no fuéramos todos humanos,
lo dices como si, fuéramos perros.
Y tal vez lo soy.
¿Así que crees que nadie me ha apedreado y escupido en los ojos?
¿Así que crees que puedes amarme y luego dejarme morir?
Oh, baby, can’t do this to me, baby.
Sólo vete de aquí, vete de aquí.
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