lunes, 14 de marzo de 2016
Sangre, células y piel
No importa cuántas veces acuchilles mi espalda, ni el arrepentimiento que viene después de decirnos al fin lo que no podíamos decir. Voy a esquivar tus uñas, porque ya estuve mucho tiempo muerta de hambre esperando lo que necesito. Y lo necesito. Cada célula de mi cuerpo me pide sacarte los ojos y ponerlos a hervir, abrirte la espalda rasgándola como un cuchillo a un costal de papas. Estrellarte la cara contra el vidrio de tu coche y marcarte como al ganado con las iniciales de mi nombre. A veces soy más animal que persona, intentando discernir cuándo tengo que morder y cuándo sonreír. Entiendo tu urgencia por saborear el derredor, los temblores que te recorren buscando algo de satisfacción, entiendo que la vida no da otra oportunidad, que tenemos la sangre caliente debajo de la calma aparente y que, al final de cuentas, nos podríamos morir en este instante. No importa cuánto me pesen los párpados, ni las paredes cayéndose a pedazos. Voy a luchar contra el tornado que me destruye el corazón, las injurias por ser lo que soy y la tristeza por lo que nunca seré. Ningún conquistador volverá a llevarse mi orgullo, ni otra religión mi obediencia, ninguna boca me arrancará la dignidad o la sensación de cuando la vida me sobrepasa las expectativas.
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1 comentario:
Buen proyecto de escribir conceptos al azar.
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