domingo, 7 de abril de 2013
Como morirte para adentro, como un tren bala atropellándote las piernas, como un luchador noquéandote 500 veces, como un faquir pretencioso caminando en brasas ardientes, como que se marchite tu planta favorita, que se te moje el último cigarro, cortarte un dedo al estar partiendo tomate, que llueva en tu fiesta de cumpleaños, como cuando se rompe el condón, como caminar 100 cuadras bajo el sol de Monterrey, como que te tableen los narcos, como aguantarte el llanto, que llegues al salón de clases sin el trabajo final el último día de revisión, que tu mamá te descubra la mota, arrancarte las pestañas con el enchinador, perderte de tus papás a los seis años en el centro comercial, pararte en la cornisa, como cuando un mal comentario te borra la sonrisa, que no te devuelvan tu libro favorito o peor: te devuelvan tu libro favorito deshojado, manchado de grasa de chorizo, con los capítulos revueltos; diez burros pateándote la cabeza, que se te quiebre la caguama nueva, que te pisen los zapatos que estrenas, que te corten el corazón en juliana. Así se siente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario