Dogbane Beetle

domingo, 5 de octubre de 2014

Reflejo

Nos creímos partes de un todo, complementos universales, nos enseñaron a concebirnos como mitades y no en empaques individuales. Un entero nunca embona, nadie ha sido creado de la costilla de otra persona.

Intentamos encajar en la estructura colectiva, porque nos dijeron que eso era lo correcto, que sólo podemos encontrarnos a través del reflejo. 

Desfragmentamos el yo para buscar el ser, porque sólo en pedazos nos podemos reconocer, qué fácil es proyectar en los demás todo lo que no nos queremos entender, porque no concebimos el hecho de que no somos reflectivos somos refracción. 

Nos perdimos en el tiempo, pensando sólo de lunes a domingo, de enero a diciembre, que un año son 52 semanas y 52 semanas son 365 días y que después de nacer cumples con esas medidas hasta la muerte, pero en realidad no tiene significado, porque nada concibe mejor el tiempo que un momento, la casualidad y el encuentro. 

Quieren que crezcamos como crecen los edificios, hacia arriba y siguiendo la línea, pero yo quiero crecer como los árboles: a mis anchas y hasta donde me alcance la vida. 

Estamos obsesionados buscando respuestas de preguntas que no hemos planteado, buscando porqués sin un dónde, no me sirve ningún pasado si en el presente no concibo el futuro, sólo en el mañana puedo darme el lujo del ayer. 

Venimos creyéndonos espejo y sólo reflejamos a los otros porque es más fácil identificarnos en lo que nos han convertido los demás que en lo que nosotros nos hicimos, no somos el reflejo de nadie más que el propio, no somos reflectivos somos refracción. 

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