Tu lado de la cama

Claro que tu lado de la cama es el mejor, ahí se respira bien y en las noches de calor tiene la mejor ventilación y entra el fresco y te mueve el cabello. En tu lado de la cama se sueña más vívido y los colores son refulgentes, sueñas selvas, cascadas y montañas, sueñas universos, galaxias y lunas, sueñas mar. En tu lado de la cama se respira paz y llueve calma.

Por supuesto que tu lado de la cama tiene la mejor posición, se amolda perfecto a tu cuerpo en cualquier situación y tu almohada levanta tu cabeza en los grados correctos, en la cuadratura perfecta. Y te levantas por la mañana tan inocente, despavilándote del sueño reciente y la cama se roba tu olor y se queda oliendo todo el día a ti y cuando menos lo esperaste el lado de tu cama ya siempre huele a ti.

En las tardes cuando no estás, me acuesto en tu lado de la cama boca abajo y me quedo muy quieta, primero no respiro y después aspiro con toda la fuerza de mis pulmones. Primero sonrío y después me agarra un sentimiento enfermizo que me hace llorar, y trato de no lagrimear tu lado de la cama, pero no tengo éxito.

Cuando te vas le hablo al lado de tu cama como si fueras tú, pero le digo las cosas que no te cuento a ti. Nunca me contesta, pero me entiende. Todo pasa en tu lado de la cama, todo muere, todo vive, todo nace. Me concibo desde el punto de la cabecera, hasta donde terminan tus talones asomándose por el colchón.

El lado de tu cama y los lados de tu alma, los matices claros y oscuros en tu carácter, las sonrisas de a deverás y las sonrisas fingidas. Tus manos con muchas venas y las mías que son chiquitas. Tus pies con pelos y mis talones rugosos, el pelo en tus axilas, en tu pelvis, en tus nalgas.

Claro que tu lado de la cama es el mejor, porque ahí estás tú y cuando cruzas las barreras de izquierda o derecha, del lado de la pared o del lado del buró, cuando tus manos pasan de tu línea a la mía y nos aliamos como países de bloques contrarios, entonces, sólo entonces, dejo de apreciar el lado de tu cama porque la cama entera se hace tuya y yo ahí en ella también.

Ya no hay lados porque somos un todo, sin embargo, el lado de tu cama sigue siendo el mejor.