Aw/Ew

Tópate en una vez en la vida alguien cómo él, si no lo haces tus cincuenta, sesenta, o setenta años serán un desperdicio de tiempo, insustancialidad. Encuentra alguien que le emocionen las formas caprichosas de las nubes del día a día como a él, busca quien conciba el crecimiento de las raíces de los árboles no como un acto de azar si no como un destino formulado a voluntad por el árbol mismo, hazlo, busca esa persona que encuentre el ángulo de la belleza y su mente este rodeado de ella. Necesitas a alguien que te sature de teorías y perfeccione a su manera tu propia forma de ver el mundo y que al contrario su concepción no estorbe para nada con la tuya si no que la complemente, justo como lo hace él.

No temas preguntar que hay en su pasado y cómo llego al lugar preciso donde está, él decidirá si contestarte o no con sinceridad, entonces, pasando una vez la etapa de las evasivas y siendo sumergido en el universo de su cerebro intenta buscar las formas entre las figuras más incoherentes.

Estar a su lado es un loop infinito de circunstancias que no te cansa, que no te aburre si sabes contraatacar. Sal a la calle, busca en los parques, festivales de música, cantinas y bares, da con él, plantea un tema sencillo, cualquiera que sea él lo volverá magnifico con una opinión precisa, con una hipótesis irrebatible.

Una vez que experimentes todo esto que te he platicado y por más que te mueras de tenerlo siempre a un lado, deja que se vaya, porque en este mundo hay como 7 mil millones de humanos y él sólo es uno que yo sepa y cómo dejas que del otro lado del planeta se mueran sin haberlo conocido, eso sería no tener corazón y seremos disfuncionales del siglo XXI pero no unos somos unos cretinos desalmados, eso no.
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Espero que nunca te topes a alguien como él, que tus cincuenta, sesenta o setenta años de vida jamás queden marcados con el recuerdo de una persona así. Ojalá no tengas que soportar su infinita perorata acerca de como aprecia el aire y el cielo como nadie más, ni tragarte ese viaje eterno en el que vive acerca de las figuras humanas que encuentra entre las raíces de los árboles y los restos de té. Y después quiera saturarte con teorías que no te van y no encajan en tu vida y que la insistencia sea tanta que llegues a vomitar un poco de bilis a tu casa.

Ojalá no te dé un día por ahondar en su pasado y que después de escucharlo esto llegue a impresionarte un poco, a prestar más atención de la que le hubieras prestado cualquier otro día. Ojalá no desees darle un abrazo y unas cuantas palmadas de apoyo en la espalda o ladear la cabeza hacia la izquierda en un inequívoco gesto de compasión.

Estar a su lado es un loop infinito que harta, un remolino que empieza y acaba en la desesperación de ver como cierra su boca para ya no abrirla nunca más, pero sigue y sigue. Cuando vayas a los parques, festivales de música, cantinas o bares, esquívalo, no te vayas a sentar ni siquiera cerca de su mesa, no le pidas el salero, que no recoja si se te cae el broche de tu cabello.

Pero si todo esto que te dije que evitaras te llega a pasar, si con el tiempo percibes el gesto duro que hay detrás de la sonrisa forzada, el fracaso que se esconde en los chistes repetitivos y las pocas esperanzas entre todas esas conversaciones donde se le sitúa a esa persona en un plano superior. Deja que suceda, ya qué, pronto se irá y en ti no habrá ni rastro de añoro de toda la pretensión e infelicidad que le rodeaba. Podremos ser unos disfuncionales del siglo XXI, pero no podemos curar las disfuncionalidades de los demás, eso no. Ni queriendo.