Dogbane Beetle

lunes, 23 de marzo de 2015

Loop



Otra vez estás confundido y solo y no dejas de pensar, porque tú y yo sabemos que nunca jamás dejas de pensar, que no relajas la raja, que no disfrutas la fruta, que te encanta martillearte el pinche cerebro y seguirte haciendo trizas por dentro. Otra vez te amarraste su camisa al cuello y te masturbaste con una mano mientras tirabas de la prenda con la otra y te ahorcabas poquito, otra vez te viniste oliendo su perfume, el que ya cada vez es más tenue y que ya lo percibes por puro optimismo. Otra vez estás complaciendo personas culeras, porque eres bueno, porque eres noble y eres bueno y te lo digo todos los días y te lo recuerdo en la mañana y a la hora en que sales del trabajo y cuando llegas a tu casa. Otra vez fuiste a descargar tu ira y tu frustración en lugares de mala muerte, se te hizo costumbre rondar con tu insatisfacción por la calle, se te hizo fácil llorar por dentro mientras por fuera dejas la máscara intacta y te haces de la sonrisa ligera, de la mente abierta y fascinas a la gente porque eso es fácil para ti, algo natural que se te da como a Dalí o al wey que tú quieras se le daba pintar. Otra vez llenas el hiter y cada vez que toses se te olvida tantito qué era lo que te preocupaba en primer lugar, no dejas de contextualizarme al platicarlo, porque te disgusta que no aprecie los detalles. Otra vez te sientes solo y subestimado pero las palabras de siempre ya no te surten efecto porque te hiciste inmune a las retahílas de frases consoladoras, que te hagan llorar menos y que no pongas esa carita de orfandad que parte el corazón. Otra vez estás esperando lo mejor de los demás, otra vez le quedan cortos a tus expectativas, otra vez sueñas con volver a nacer y hacer las cosas bien. Otra vez se te calentó la caguama a medio tomar y te quedaste dormido a la intemperie, otra vez, otra vez alguien te cagotió por tu egocentrismo confundiéndolo con el hecho de que sólo estás muy confundido como esta mañana en la que te despertaste solo sin dejar de pensar, porque ya te dije que tú y yo sabemos que nunca jamás dejas de pensar, que no relajas la raja y no disfrutas la fruta y te martilleas el cerebro de manera incesante en este loop que llamamos vida. Pinche vida.

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