Dogbane Beetle

domingo, 18 de agosto de 2013

Te quiero


Te quiero de una manera ridícula, con todo el patetismo de mis veintiún años. Te quiero, básicamente porque puedo hacerlo, porque a pesar del tiempo lamentablemente no le pierdo fe a este mundo, y siempre innovo y me supero en mis pendejadas. Te quiero, porque no es bueno, porque me encanta la mala vida, y soy un cliché del sufrimiento. No hay nada nuevo en mí, todo ya fue visto, todo ya es repetitivo. Y aquí estoy, escribiendo que te quiero, cuándo es tan vergonzoso, tan falto de sentido común, cuándo debería estar haciendo un millón de cosas más que queriéndote, y escribiéndolo, y llorando mientras oprimo cada letra del teclado. Porque es verdad, te quiero. Y si pudiera despertar un día y elegir no quererte, lo elijo. Pero mírame, soy una chica sola, que se siente bien en soledad, y no necesita llenar de palabras vacías cualquier silencio que nos una en un plano más lejano al terrenal. Mira las mamadas que me haces decir, la estupidez que me haces sentir. Nací sintiéndome tonta, y llegas, y crees que puedes hacerme sentir más tonta, cuándo ve, yo ya me siento tonta todo el tiempo. Te quiero. Y no debería de hacerlo. Te quiero, pero en la actualidad, eso ya qué chingados importa. Porque si no vas a venir, y me vas a besar, y me vas a decir, que de hecho si me quieres también, y que podrías acompañarme en mi soledad, y ser solitarios juntos, y jugar a tener algo así como una relación, y ver las nubes, y encontrarles forma, y preguntarnos qué vinimos a hacer en este mundo, pues entonces tengo que seguir buscando en la vida más maneras de valer verga que queriéndote. Te quiero porque me gusta cómo me agarras las manos y me miras a los ojos y pones cara de que no quisieras estar escuchando nada más que lo que yo tengo que decirte en ese momento, aunque sea una estupidez, aunque me tarde más por estarle chupando al cigarro y te contextualice de manera obscena. Y es que amanezco queriéndote, y llega la hora de comida y te sigo queriendo, voy al baño y también ahí te quiero. Hasta cuando en tus desplantes me volteas los ojos y pareciera que en ese momento soy la única persona en todo el mundo que no quieres ver, pero aún así prefieres mi compañía por encima de la de alguien más, ahí, ahí te estoy queriendo con tanta fuerza que siento que puedo vomitar en cualquier momento, y te vomitaría los pantalones y entonces sí quizás me dejarías de hablar. Pero me aguanto, junto la poquita fuerza que he adquirido en dos décadas y me obligo a no vomitarte. Porque te quiero.
Te quiero y es tan lamentable hacerlo, que quisiera morirme o encontrar en otras cosas que hacer que estar queriendo gente. Qué pinche irónico es que me caga quererte. Me cae en la punta del palo. Te quiero y es tan odioso que me importes tanto. Me caga. Me caga. Neta, me caga. Quisiera obligarte a quererme como te quiero, meterte un chip en la mente, porque neta, no entiendo, no es egocentrismo porque de eso carezco un chingo, es el punto de no entender, cómo puedes no quererme cuándo yo te quiero así. Es antinatural, la naturaleza no debería de proceder así, pinche universo, pinche creación, no vale para pura verga. Y digo que no vale, porque no mames, deberías quererme. O yo debería dejar de quererte.


Me caga.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jiseland en twitter no se privatiza, se quiere, se chelea con ella y se come con pizza <3, te amamos jise, quita el candado y vuelve a hacernos felices.