Dogbane Beetle

miércoles, 24 de abril de 2013

Young and wet



A mí edad puede considerarse incluso poético no tener rumbo. Estar perdidos en el diafragma del mundo y no conforme con ello, hundirnos más, provocarnos las ojeras, lacerarnos la piel, cagarnos la vida. A mí edad se ve bonito ir por ahí valiendo verga, incapaces o inconscientes, ver las nubes y ser inmensos, llenarte de día, llenarte de noche, mamarte de alcohol. En los veinte todo es fácil, si no quieres algo hoy, lo cambias, le das vuelta, lo mandas al carajo, si lo quieres, lo obtienes, lo agarras, te lo llevas a tu casa, y listo.

En esta edad podemos ser egoístas, es mi edad de chiquichores, de medias rotas, de quitarte la varilla del brasier en medio de la fiesta porque te cala y que valga madre, vestidos floreados, vestidos de anciana, pantalones de más de quinientas puestas, tenis rotos, tenis sucios, colillas y ceniza de cigarro por todos lados, olor a mota en las manos, pupilas dilatadas, la añoranza de una casa, luces parpadeantes, techos y porros.

En mí edad las venas lucen más, los cartílagos, los folículos del cabello. Todo está tan lleno de vida que más ganas me dan de matarme poquito, para la posterioridad. Me gusta mi edad, porque nos dividimos en dos lados, el que seras mañana y quien eres hoy en la noche. La música que no conozco, la que si conozco, el humo en el centro, la gente que vale pito, la gente que vale oro, las faldas con calcetines, el clima en Monterrey que está más loco que yo.

Flores en la cabeza. Cochadas. Bicicletas. Verde menta. Nieve de galleta. Colores Fosforescentes. Pasto.

Me gustan los veintes, porque nunca valdré más verga que ahora, mejor dicho, nunca valdré verga en la misma manera que ahora, jamás sentiré en cada poro, en cada centímetro de piel lo viva que estoy justo hoy otra vez. Es la esencia. Están vergotas los veintes, me gustan, me quedan.

En diez años ya veremos qué pedo.

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